La uña encarnada es un problema muy común que puede llegar a ser doloroso y limitar la vida diaria. Aunque existen tratamientos conservadores, en algunos casos la cirugía se convierte en la solución más efectiva y definitiva.
¿Qué es una uña encarnada?
Se produce cuando el borde de la uña crece hacia la piel, provocando dolor, inflamación e incluso infección. Puede afectar a cualquier persona, pero es más frecuente en jóvenes y deportistas.
Síntomas principales
Dolor y sensibilidad en el borde de la uña.
Enrojecimiento e inflamación.
Presencia de pus o secreción (en caso de infección).
Dificultad para caminar o usar calzado.
¿Cuándo se recomienda la cirugía?
La cirugía se aconseja cuando:
Los tratamientos conservadores no funcionan.
Hay infecciones recurrentes.
El dolor es intenso y persistente.
La uña presenta deformidad o crecimiento anómalo.
Tipos de cirugía de uñas encarnadas
Resección parcial de la uña: Se retira solo la parte que se clava en la piel.
Resección completa de la uña: Se quita la uña entera (en casos graves).
Cirugía química (fenolización): Además de retirar la uña, se aplica un agente químico para evitar que vuelva a crecer en el mismo borde.
Recuperación y cuidados posteriores
Mantener el pie limpio y seco.
Cambiar los vendajes según indicación del podólogo.
Evitar calzado ajustado durante las primeras semanas.
Seguir revisiones periódicas para asegurar una correcta cicatrización.