El pie diabético es una de las complicaciones más comunes de la diabetes, pero también una de las más prevenibles si se adoptan buenos hábitos de cuidado. Mantener la salud de tus pies no solo evita heridas y dolor, sino que también reduce riesgos de infecciones graves.


1. Revisión diaria de los pies

Dedica unos minutos cada día a revisar si tienes heridas, roces, ampollas o cambios de color. Usa un espejo si hace falta o pide ayuda. Detectar cualquier alteración a tiempo es clave.


2. Higiene adecuada

Lava los pies con agua tibia y jabón neutro, sécalos bien (especialmente entre los dedos) y evita mantenerlos húmedos para prevenir hongos e infecciones.


3. Hidratación de la piel

La sequedad y grietas son comunes en personas con diabetes. Usa cremas hidratantes específicas para pies, pero evita aplicarlas entre los dedos para que no haya exceso de humedad.


4. Calzado cómodo y protector

Escoge zapatos amplios, sin costuras internas que puedan rozar, y con buena amortiguación. Nunca camines descalzo para evitar heridas accidentales.


5. Corte correcto de las uñas

Corta las uñas de manera recta y evita esquinas afiladas para prevenir uñas encarnadas. Si tienes problemas de visión o movilidad, acude a un podólogo.


6. Control médico regular

Haz revisiones periódicas con tu médico y podólogo para evaluar la sensibilidad, circulación y estado general de los pies.


7. Mantén un buen control de la diabetes

El mejor cuidado empieza desde adentro: mantener niveles de glucosa estables reduce los problemas de circulación y sensibilidad que afectan a los pies.

El pie diabético no tiene por qué convertirse en un problema grave si se cuida a diario. Con pequeños hábitos y revisiones periódicas puedes mantenerlos sanos y seguros.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *